Calificación **´
Clasificación B+
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Pudo haberse llamado: El Hombre Bobo
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Bueno, establezcamos parámetros. Estamos hablando de una película sobre hombres lobos. No importa qué tan artística o bien producida sea; eventualmente tendremos que sufrir los efectos especiales de las transformaciones y el horrible maquillaje de los hombres lobo que, a pesar de toda la tecnología del siglo XXI, se siguen pareciendo a los de Thriller y siempre –siempre- se ven bien chafas.
Salvada esta peculiaridad, podemos ver la película dentro de su entorno. Es una película que trata de observar una sociedad inglesa, victoriana, sufriendo por los demonios de un monstruo incomprensible. En ella queremos ver miedo; queremos ver sufrimiento por la doble vida del protagonista; queremos ver persecuciones oscuras por el bosque y por gigantescas mansiones. Y queremos ver sangre: mucha sangre.
THE WOLFMAN tiene todo eso. Pero algo no funciona en ella. El problema no es la actuación de Hopkins, que siempre es excelente. Ni los acongojes de Emily Blunt, que son rescatables. Ni la música de Danny Elfman, que es apenas reconocible. El problema es, por una parte, la actuación de Benicio del Toro que, extrañamente, es plana, reactiva, vacía y definitivamente no creíble. Por otra parte, los picos de acción, drama y miedo, son inexistentes. Y el final es, bueno, absurdo.
Por eso, y porque algunos esperábamos en esta película una versión que fuera definitiva del eterno drama del licántropo sufriente, pero nos encontramos con una peliculita que se soporta por completo en la producción visual y renuncia por completo a la virtud catártica.
Así que no esperes mucho, vela a ver si te gustan los clásicos de terror y aguántate las ganas de hacer pasitos de Michael Jackson mientras el hombre lobo persigue a los aldeanos por el bosque, ñaca ñaca.